¡Aprende a transformarla!

¿Qué es la culpa?

 La culpa es una sensación, una vivencia emocional, algo que arrastramos como humanidad hace mucho tiempo, por cultura, creencias o mandatos, manifestando que hacer algo determinado está bien o mal. Tratamos de hacer lo que nos dicen que está bien, porque si no, seremos juzgados o condenados por los otros, o peor… por nosotros mismos.

Según la interpretación de la religión católica de la primera culpa es de Adán y Eva por haber “desobedecido a Dios” y comer el fruto prohibido del árbol del conocimiento, del bien y el mal.

Ahora, un curso de milagros nos dice que la culpa es la ilusión que ocupa el ego para seguir en la creencia de la separación y así seguir en la dualidad.

Lo que realmente sabemos, es que la culpa nos lleva al malestar, a la incoherencia, a la enfermedad y finamente a la muerte.

¿Por qué?

Porque es un sentimiento que se localiza en nuestro cuerpo como una vivencia emocional.

Desde un punto de vista de la Descodificación Biológica, la culpa no tiene ningún órgano en nuestro organismo que pueda expresarse como función biológica, como, por ejemplo, se expresa la función biológica de los huesos, la sangre, los órganos internos, etc. No hay ninguna célula de nuestro cuerpo que traduzca la metáfora biológica de la culpa y, sin embargo, la sentimos a menudo. Dependiendo de la intensidad del conflicto, será mayor o menor la carga de culpa que se sentirá.

La culpa está asociada a lo que es bueno, malo, justo, injusto, permitido o no. Por ejemplo, si mi hijo sufre un accidente y muere, puedo tomar una gran culpa. “No estuve presente”, “podría haber evitado su muerte”, “no hice algo” o “hice algo mal”.

Transformación a través de la Auto indagación

  1. Pregúntate y escríbelo

¿Culpa a qué? ¿Por qué? ¿A qué se debe? ¿Es culpa por otra persona o propia? ¿De qué me siento culpable o culpo? ¿De dónde viene?

  1. Localízala

Observa la sensación que está en tu interior.

¿Qué emoción provoca? ¿Ira, miedo, vergüenza, tristeza?

Busca la emoción que está detrás de la culpa y luego localiza en el órgano donde está ubicada, en qué parte del cuerpo. Por ejemplo, en el pecho, brazos, mandíbula.

Observa cómo es la sensación física. ¿Te aprieta? ¿Es dura, compacta? ¿Cuánta cantidad de espacio ocupa en tu cuerpo?

  1. Acoge la emoción

Quédate 2 a 3 minutos acogiendo lo que estas sintiendo, y si vienen imágenes las dejas venir. Si tienes ganas de llorar, dejas salir el llanto. Si hay un grito de expresión, lo liberas.

Permite que este proceso se vaya evacuando y luego mira como lo puedes ir transformando.

Pregúntate:

Qué herramientas tienes a tu disposición para ocupar ahora mismo para poder disolver, no la culpa, si no que la forma imaginaria que tiene la culpa dentro de tu cuerpo, ya sea a través de la toma de consciencia, del baile, de algún acto simbólico. Una vez que lo hagas, vuelve a chequear el origen y ponte de nuevo en contacto con esa forma que había para ver si sigue ahí o desapareció hasta que ya te des cuenta que se ha liberado por completo.

¡El verdadero perdón hacia mí y el otro, nos libera de la culpa!

Recomiendo: UN CURSO DE MILAGRO

Danica Marinovic
Formadora de Empoderamiento Consciente
Terapeuta Transpersonal